lunes, 15 de noviembre de 2010

Los pulmones de Papá

Sí que se hace difícil reaprender a respirar. Tomar aire no es tan fácil como necesario, sobre todo pensando en tus pulmones, fundidos entre la suerte mal repartida y los humos de alrededor. Prefiero inventarme, sabiendo que no es cierto -porque la ciencia natural es más poderosa que la humana-, que el desgaste fue temprano pero justo; Por vivir y disfrutar del mundo… Todo a pulmón.

Así te acompañamos aunque se haga difícil, viviendo como tú: riendo hasta dormido y, despierto, soltando carcajadas tan profundas que contagian alegría y aire fresco… A todos los pulmones.

Un día nos plantamos en el ombligo del mundo, nos burlamos de las alturas imposibles y descubrimos, de repente, que nos tartamudeaba la respiración. Nos reímos, cómo no, y continuamos nuestro viaje… A todo pulmón.

El viaje de nuestras vidas, que comenzó con un mengajo de pegote entre dos. No sabemos si estando donde estamos hemos vuelto o seguimos yendo, de momento. Pero donde sea que vayamos tú has llegado ya. El equipaje más pesado es el que no llevamos, pero seguimos. Mamá respira hondo y yo aprendo a hacerlo bien.

Tus pulmones estrangulados por el vicio de otros que persisten en su error… Si quisieran ver que dejarlo puede ser lo fácil, pues lo difícil suele ser lo demás. Si cayeran en pensar en tus pulmones…

Todo a pulmón, Miguel Ríos
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Muchísimo fue lo que viajaron y, aun sanos te dejaron sin respiración ante tantas maravillas… En un cuento se diría que aquél día, tan bonita te pareció la vista, rodeado de tus mujeres, que fue imposible reanimar tus bombas de aire, y se quedaron dormidos para siempre, soñando con la imagen del abrazo entre los tres.