Hoy llamé a Mamá para contarle el día, como siempre que no estamos juntas. Contigo ya no puedo estar nunca, y decirle por teléfono Pásame un momento a Papá es materia de sueños.
De vuelta a casa para reencontrarme con ella y su parte de ti, nos pasó un coche funerario. Entre recuerdos y emociones reconstruí el tuyo, tras el cual avanzábamos deprisa para llegar al pueblo.
La plaza estaba llena de personas, de allí y de muy lejos, que nos abrazaban con su presencia y que habían venido a celebrar tu vida.
Después de entrar me senté en el primer banco, entre la Abuela y Mamá. Y tú estabas ahí delante, ya sin estar, ya sin vernos, ya sin decir lo que siempre decías.
Te echo mucho de menos.
Te echo mucho de menos.
Hay lo que deja de ser y lo que deja de estar. No estás pero eres. Y aunque no vayas a volver eres mi padre y es tu día.
Desde hace tiempo cuando llamo ya no pregunto por ti.
Pero yo ya sé. Papi, yo ya sé.