Con mi tío José Miguel me voy a tomar el café tempranito, no
porque me guste madrugar, sino porque me gusta tomarme el café con él. Siempre
está pendiente de que todos estemos bien y da muy buenos consejos. La tía
Mariado nos ha enseñado a todos a no tener pereza, y que lo demos todo en lo
que sea que nos pongamos a hacer. Si un fin de semana voy al pueblo y no están
los primos no pasa nada, si están mis tíos…
Con mis tías siempre puedo contar,
y les cuento lo importante. Como aquella vez que cogí un tren aposta para darles
una noticia. Mi tía Mari Carmen se echa todo a cuestas para evitarnos molestias
a los demás y va siempre con sonrisa. El tío Luis me llama Bonica. Mi tía
Isabel me regaña cuando sabe que algo lo puedo hacer mejor, y el tío Juan
Carlos me guarda siempre la molleta de conejo con más chicha.
Con el tío Javier
los blues están más ricos, y entre
risas en la mesa o entre bailes en la pista brindamos todos sus sobrinos por
nuestro Chache. La tía Pepa siempre está dispuesta, y su rulo de queso ya es
famoso entre los amigos de los primis. El tío Antonio es un súper anfitrión y
me recibe siempre con pipes y algo más, me encanta cuando me cuenta cosas del
espacio. La tía Amparo y yo nos entendemos por señas y siempre se gobierna
alguno de mis anillos, es la tieta.
En las comidas familiares me
pido siempre el sitio al lado de mi tío José, que me cuida. Y mi tía Lidia se
apunta a un bombardeo, sea cual sea la tontería que se nos ocurre cada vez. Con
Dini fundamos el club de la personas interesantes y creamos a Alpamadi, regala
experiencias.
Mi tío Roberto siempre está ahí para lo que necesite, para
cambiar una bombilla o actualizar el antivirus, para rellenarme la copa, pero
sobre todo, está ahí para todo. Y mi tía Paloma es mi madre dos, que sufre por
mi, se alegra por mi, hace el mejor cocido del mundo y se frena de bosarme el
plato, por ser yo.
El tío Vicente no era mi tío, pero sí lo era de mis primos. Los
más nuevos de la familia nunca sabrán si es verdad que era así, o será que
exageramos…
Papá,
Creo que nadie más que tú siente no poder estar aquí. Al fin
y al cabo, nosotros te echamos de menos pero estamos. Y disfrutamos de los
peques. Un tío marca, y un tío como tú hace diferencia, aunque en este caso lo
que marca sea tu ausencia.
Por eso el otro día Javier abría los ojos cuando le acercábamos
a tu foto, hablándole del tío Vicente. Y por eso Celia en las fotos te reconoce
sin conocerte.
Importa que sepan que eres su tío, aunque sólo sepan de ti a
través de las palabras de otros. Y es importante que sepan que les quieres
porque querías con locura a su madre, a su tía, a su abuela y a su bisabuela, y
a todos los que les queremos a ellos.
Tendrán que creernos que eras así e imaginar al tío Vicente:
Que les
pregunta si han dado un beso a la abuela
Que les
monta en el Land y los lleva de
excursión
Que les hace
cosquillitas en la espalda
Que construye
vallas con los palillos del Francisquillo
Y hace el
ruido de un tapón descorchado con la boca
Que no se
cansa de jugar
Que les toca
villancicos del pueblo.
Que les pilla toda mentirijilla, y les ayuda a disimular
Que se ríe en vez de regañarles
Que les defiende y disculpa ante sus padres
Que les llama sin falta en cada cumpleaños
Que les pregunta cómo va todo, que quiere saberlo todo… y lo sabe todo
Que les motiva, les anima y les hace sentir importantes tal y como son
Que les explica que las cosas no son siempre como uno quiere
Pero les asegura que no pasa nada.
Que les mima y no sólo les permite sino que fomenta las peteterías…
Que les enseña
Que no deben renunciar a su personalidad por nadie
Que jamás se avergüencen de su familia
Que hay que apreciar otras culturas sin juzgarlas, conocerlas sin
miedos ni prejuicios
Que hay que aportar
Que hay que ser generoso sin darse importancia a uno mismo.
Que les demuestra con el ejemplo…
Que todo se puede decir bien
Que hacer reír a una madre es lo mejor que hay
Que por la familia no se tira la toalla nunca
Que deben sentirse orgullosos de sus orígenes
Que nunca dejen de venir a Bienservida.
Sé que no soy muy elocuente de viva voz; lo mío son las
letras y se me quedan cortas las palabras para decir lo mucho que quiero a mis
tíos y lo importante que son en mi vida. No quiero imaginar que uno me falte, por
eso quería hablarles un poco a los peques de uno en concreto, para que lo vayan
conociendo: de su tío Vicente.