Esta tarde empezó la lluvia y salí a la terraza para escucharla como a tí te gustaba en San Juan; en São Paulo te empapaba y en Lima la echabas de menos.
Estiré el brazo para sentir las caricias que me mandabas en forma de gotas desde el cielo, y en ese momento diluvió. Me empapé la mano y me quedé así, agarrada a tí.
Estiré el brazo para sentir las caricias que me mandabas en forma de gotas desde el cielo, y en ese momento diluvió. Me empapé la mano y me quedé así, agarrada a tí.
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