Papá, ¿te acuerdas de cuando pintábamos acuarelas en nuestro piso de Madrid? Y hacíamos dibujos juntos, luego los cortábamos y hacíamos puzzles con nuestros garabatos en la habitación del abuelo.
Por ese entonces yo aún era un mengajo y ni siquiera empezábamos a imaginar la gran aventura americana que nos esperaba.
Dar a play:
Como dice Toquinho, el futuro es una nave que intentamos pilotar, no tiene tiempo, ni piedad, ni tiene hora de llegar.
"O futuro é uma astronave que tentamos pilotar, não tem tempo, nem piedade, nem tem hora de chegar.
Sem pedir licença muda nossa vida e depois convida a rir ou chorar.”
Sem pedir licença muda nossa vida e depois convida a rir ou chorar.”
Ciertamente… Sin pedir permiso cambia nuestra vida y después nos invita a reír o a llorar. Pero siempre hemos reído más que hemos llorado, porque así vale más la vida.
Y eres tan perfecto, papá, que aún habiéndote ido ya, eres capaz de sacarme más sonrisas que lágrimas.
Hemos vivido felices, los tres con el pincel en la mano decidiendo juntos el siguiente brochazo. Una vida alegre, bonita, fácil y divertida. Cuando cantábamos esta canción los tres intuíamos lo mucho que hablaba de nosotros. Como pintaba Toquinho, nosotros vivíamos. Y tranquilo, papá, que seguimos viviendo como nos enseñaste... con tu espíritu para alegrar la vida a los demás con esa parte que nos dejaste de tí.
En una hoja cualquiera dibujo un sol amarillo,
Y con cinco o seis líneas es fácil hacer un castillo.
Deslizo un lápiz alrededor de mi mano y me hago un guante,
Y si hago llover, con dos rayas tengo un paraguas.
Si un pingüino de tinta cae en un pedacito azul del papel,
En un instante imagino una linda gaviota volar en el cielo.
Va volando contornando la inmensa curva, norte sur.
Voy con ella viajando, Hawai, Pekín o Estambul.
Pinto un barco de vela blanco navegando.
Y ambos, cielo y mar, en un beso azul.
Entre las nubes surge un lindo avión rosa y granate,
Coloreando todo a su alrededor con sus luces parpadeando.
Basta imaginarlo y parte, se va sereno,
Y si queremos, aterriza.
En una hoja cualquiera dibujo un barco de partida,
Con algunos buenos amigos, bebiendo y felices con la vida.
De una América a otra consigo pasar en un segundo.
Giro un simple compás y en un círculo creo el mundo.
Un niño camina y caminando llega a un muro.
Y allí, pronto, enfrente, esperando por nosotros está el futuro.
Y con cinco o seis líneas es fácil hacer un castillo.
Deslizo un lápiz alrededor de mi mano y me hago un guante,
Y si hago llover, con dos rayas tengo un paraguas.
Si un pingüino de tinta cae en un pedacito azul del papel,
En un instante imagino una linda gaviota volar en el cielo.
Va volando contornando la inmensa curva, norte sur.
Voy con ella viajando, Hawai, Pekín o Estambul.
Pinto un barco de vela blanco navegando.
Y ambos, cielo y mar, en un beso azul.
Entre las nubes surge un lindo avión rosa y granate,
Coloreando todo a su alrededor con sus luces parpadeando.
Basta imaginarlo y parte, se va sereno,
Y si queremos, aterriza.
En una hoja cualquiera dibujo un barco de partida,
Con algunos buenos amigos, bebiendo y felices con la vida.
De una América a otra consigo pasar en un segundo.
Giro un simple compás y en un círculo creo el mundo.
Un niño camina y caminando llega a un muro.
Y allí, pronto, enfrente, esperando por nosotros está el futuro.
¿Qué íbamos a saber nosotros?
En esta senda no nos cabe conocer o ver lo que vendrá; su fin nadie sabe bien dónde va a dar.
“Nesta estrada não nos cabe conhecer o ver o que virá; o fim dela ninguém sabe bem ao certo onde vai dar. Vamos todos Numa linda pasarela de uma aquarela que um dia, enfim, descolorirá.”
Y es verdad… Vamos todos en una linda pasarela de una acuarela que un día, en fin, se descolorirá.