miércoles, 19 de marzo de 2014

¿Quién es mi padre?


“Nunca digas de esta agua no beberé ni este cura no es mi padre. Bueno, eso sí lo puedes decir”. Mamá me lo ha dicho muchas veces y está claro: Yo soy tú sin bigote.

Pero ¿quién eres? 

Hay personas que no dejan de ver a sus padres como “padres” y sólo empiezan a conocerlos y a quererlos como “personas” cuando los pierden, o cuando alcanzan una edad, o una madurez de no sé qué… 

Al final voy a tener que dar gracias a la vida, que me dejó tenerte más allá de los años infantiles, y sé que eres mucho más que una rodilla que me hacía el caballito y una mano firme que me sujetaba el sillín mientras aprendía a mantener el equilibrio en la bici.

Hemos jugado juntos, hemos pintado, inventado, hemos hablado de tonterías infinitas y de los asuntos más serios, hemos tramado y confabulado para darle sorpresas a mamá, hemos viajado juntos, tanto, tanto… hemos dormido juntos, hemos cantado, hemos sacado tiempo para vernos, hemos comido y hemos cenado, hemos volado horas y horas para pasar unos días juntos, hemos llamado a larga distancia diariamente para contarnos qué tal el día, hemos tomado decisiones, hemos empezado de cero juntos, hemos cerrado casas y hemos creado hogares, hemos pensado lo mismo, hemos reído, tanto, tanto… 

Nos hemos conocido y nos hemos querido. Y sé quién eres.

Eres un recuerdo y una presencia. Eres una carcajada repentina y el mejor consejo, un detalle planificado y un gesto espontáneo, una música de fondo y una puerta siempre abierta, un beso de buenas noches, un aperitivo en la cocina, un paseo por la carretera, una solución fácil y un predicador ejemplar, una mirada profunda, una idea brillante, un voto de confianza, un bigote y un baile improvisado, un argumento imbatible, todas las promesas cumplidas, divertido, natural, Serrano Navarro y de Bienservida, el último en irse de la fiesta… 

Eres mi padre.