lunes, 11 de agosto de 2014

La cuerda de tu guitarra

No habíamos vuelto a tocar tu guitarra porque le faltaba una cuerda y faltabas tú. Pero sin ti aún seguíamos riendo, y tu guitarra seguía aquí. 

Alrededor de la mesa, amigos; al fondo, la silueta del Pico del Padrón. El momento era casi perfecto. Así que mientras mi amiga desataba la cuerda rota de tu guitarra desaté de ella tus manos también.

Camuflamos con nuestras cuerdas vocales la falta de la suya y tu guitarra, al fin, volvió a juntar un corro de voces alegres alrededor.

Con bastante poca cordura, y nunca mejor dicho, desafiamos al pasodoble que amenazaba desde la verbena, rodeados por la sierra de Bienservida improvisamos letras y risas, y así fuimos poco a poco apagando la noche de luna creciente.

La mañana siguiente, al despertar, enrollé la cuerda de tu guitarra y la guardé. Pues conservar un recuerdo no hace olvidar que no todo tiene que ser perfecto, basta con una buena compañía y un poco de imaginación para volver a cantar.

domingo, 3 de agosto de 2014

Sólo nos queda alegría

Blanca,

Ya sabes que nos encanta celebrar, así que aquí estamos otra vez. Ea.

No sé qué pasa que a la tímida siempre le toca hablar... Y rezar.
Hoy, otra vez, hablo por todos, así que aquí va un rollo más que te voy a soltar. Pero buen rollo, eh.

Has sido la primera hija, la primera nieta, la primera sobrina mimada, la primera "lisensiada", la primera en muchas cosas... La prima mayor. Nos has ido abriendo camino a todos, y ahora somos todos más altos que tú. Menos yo, pero me he incluido.

Eres la prima mayor, pero aún más grande eres amiga. Y por eso ayer mismo en nuestra mesa sólo había carcajadas, mientras te tomabas unas cañas con tu primo pequeño al lado.

Me acuerdo que de pequeñas jugábamos María, Dolores, tú y yo... En el salón de abajo de casa de la abuela, nos subíais a unas sillas, nos dabais vueltas y vueltas y vueltas, nos partíamos de risa y hacíamos como que era el parque de atracciones.

Desde entonces -podría contar muchas cosas-, pero resumiré todo en que muchos años después, cada uno con vidas diferentes, caminos cruzados, idas y venidas, seguimos pasándolo como chiquillos cada vez que nos juntamos y haciendo de lo más simple lo más fantástico. De unas simples vueltas subidas a unas sillas a todo un parque de atracciones.

Blanca, te queremos y te admiramos.

Y admiro a todos los que estamos aquí. Porque los Serrano, y todos los que somos Serrano de roce o de cariño somos BUENOS, y cada uno hasta donde podemos vivimos mejorando y alegrando la vida a los que nos rodean. ¡La verdad es que somos la leche!

Y ya término.

Un poeta escribió: "Mientras más hondo excava el pesar en vuestro ser, más alegría podéis contener". Y nosotros, todos, ya llevamos bastante pesar "en lo arto"... Así que sólo nos queda alegría, que hoy se llama Celia, Blanca, Abuela, los Serrano, los Ots, los Villa,  todos los que estamos y los que no pueden estar, y todos los que viven en nuestra risa.

¡A celebrar!