Papá,
El año pasado la liamos en misa. Se nos da bien reírnos en las iglesias, es de familia. Y el que a los suyos parece…
Tío,
Hace tres años que vives en nuestro recuerdo. Siempre que me encuentro ante una situación difícil pienso en cómo la resolverías tú y siento como si lo fuera a conseguir. Porque tú guías mis pasos, porque vives en mí.
Risa de esa: tan incontenible como involuntaria, aunque una vez que empiezas es mejor embaucar a un compañero dándole pataditas disimuladas.
Vives en nosotros cuando tenemos que elegir entre lo que está bien y lo que es más cómodo; cuando ante los reveses de la vida tenemos que elegir entre ser positivos o dejarnos llevar por el pesimismo.
Y así estuvimos contigo aquél día: como fuimos com você, como éramos y somos aún.
Y entonces siempre reímos y tú ríes con nosotros porque así es como vivías y nosotros no sabemos vivir de otra manera.
Vivimos en la risa, como si fuera un sueño. Pero es que la risa es lo más auténtico de la vida: Somos ri-sueños realistas.
Sé que estás ahí, entre los puntitos brillantes que habitan el cielo. Lo sé porque eres la estrella que ilumina nuestra vida y te siento cada noche y sé que estás conmigo.
Si estás en el cielo, estarías partiéndote de risa también. Si no estás en el cielo porque no existe, y yo simplemente estoy escribiendo… Bueno, al caso es lo mismo, porque te imagino así, riendo, y me sonrío.
Hoy no la liaremos en misa, pero antes y después reiremos y estaremos alegres porque sabemos que esos son tus momentos preferidos.
Como quieras ser recordado, así debes vivir... Digo yo. A ti sólo pueden evocarte alegre… porque no hay otro tú.
Tío, te dejo ahora, que ya está toda la familia reunida y no quiero perderme ninguna tontería…ya sabes, jeje. También eso lo he aprendido de ti : D
Bueno, Papi, me despido por ahora: Me esperan en misa. Pero ya hablaremos, porque tengo que contarte algunas tonterías.
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