El 12 de marzo lancé un suspiro limeño al viento
que llegó hasta la costa peruana del Pacífico. En pocas horas empecé a recibir
mensajes, muchos mensajes. En tres días tenía tantos recuerdos de amigos y
compañeros de mi padre que los hice míos. Reconocí al gerente, al compañero o
jefe, al amigo, al Señor Serrano, a Vicente -como él pedía que le llamaran,
pues era su nombre- como mi padre, como Papá: Igual, natural y transparente,
impulsor y optimista, generoso y auténtico en la oficina como en casa.
Leyendo y releyendo historias y anécdotas de
personas a quienes he conocido y de gente a quien no, pero que han apreciado
tanto a mi padre, no puedo sino prometer que este homenaje a mi padre es un
homenaje a ellos de mi parte con mucho cariño y deseos de reencontrarnos o conocernos
alguna vez... en Lima o en Bienservida.
Nuestra amiga Ericka ha hecho de mensajera :)
Sé que es un texto muy largo, pero bueno, aquí
queda para leerlo cuando se pueda y releerlo cuando se quiera. Aquí os dejo
unos recuerdos preciosos:
Hola Paloma.
Me llamo Mauricio Palma y tuve la suerte
y alegría de trabajar con tú papá, a quién recordamos mucho por las
grandes enseñanzas que nos dejó, pero sobre todo por sus dotes como
persona. Para mi él antes de jefe fue un amigo, y si hablamos de sus dotes
profesionales, un extraordinario estratega dirigiendo personas.
Sabes, hasta hoy sigo utilizando lo que me enseñó y
se lo digo a mis colaboradores pues son mensajes y estilos muy poderosos y de
total vigencia, ahí van:
Vicente una vez me dijo:
"Preocúpate por tus colaboradores, pues
de ti se preocupan tus jefes".
"No mires cómo le va a
otros, hazlo bien y la recompensa llegará".
"La ambición de cada uno (dicho en buen
sentido) marcará su camino, pero sé consciente que siempre sacrificarás algo,
esto para que luego no te arrepientas".
Vicente me enseñó:
Que debo conocer a
mis colaboradores y entender qué los mueve.
A ser transparente
con la gente y no ir con rodeos, a tomar el toro por las astas cuando se trata
de personas.
A identificar el
talento y ser generoso con las personas.
Que mi puerta siempre
debe estar abierta y a darme un tiempo para escuchar a las personas.
Que mis acciones
tienen consecuencias, más aún si de personas se trata.
Que tengo que
trabajar con los recursos con los que cuento y hacer las mejores
sillas con ese mimbre.
A trabajar con gente
diversa y a poner doble esfuerzo con quien me resulte más difícil, pues lo
fácil sería dejarla de lado.
Te felicito por mantener siempre vigente la memoria
de Vicente, una extraordinaria persona que por donde pasó dejó huella.
Estoy seguro que la mejor manera de recordarlo es
poniendo en práctica sus enseñanzas.
Un gran abrazo,
Mauricio
Mauricio Palma
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Hola Ericka!!
Gracias por
incluirme, ya le mande mi mail a Paloma.
Me has
alegrado el día recordando a Vicente y más aún viendo que sus enseñanzas están
vigentes, no pensé que utilizaba tantas!!! El mejor profesor de Gobierno de
Personas.
Un abrazo
grande.
Mauricio
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Hola querida Erika,
Una vez Vicente me dijo: "te has ganado el
derecho de quedarte donde estás hasta cuando tú quieras". Y lo que siempre
nos decía: "tenemos derecho a equivocarnos una vez al día".
En su último cumpleaños, por teléfono después de mi
saludo, lo primero que me dijo es "¿Tu hija cómo está?". Ese era
Vicente, al que pese al tiempo aún está en nosotros día a día con añoranza y un
cariño inmenso! Cariños a Paloma.
Un abrazo,
Hilda
Hilda
Gutiérrez Madueño
bbbbbbbbbbuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!
Cómo es
posible que me hagas iniciar el día llorando!!!!!!!!
Gracias por
el dato Miss, procuraré no escribir un testamento......
Muchos besos
para ti y Santiago.
Nelly
Ramírez Camacho
Hola Paloma,
Mi nombre es Nelly Ramírez, conocí a
tu papi cuando fue nuestro Gerente en Perú. Ericka Canales
me trasmitió la idea que tienes de hacer un escrito, espero poder colaborar con
ello.
Creo que no será difícil para ti creer que tu papá
fue una persona muy especial para nosotros, es más no puedo evitar escribirte
con lágrimas en los ojos.
Para Vicente no había jerarquías dentro de su
equipo, él saludaba, conocía y se preocupaba por todos, desde los
analistas hasta los Gerentes, eso era algo que asombraba a muchos y nunca más
visto por aquí.
Recuerdo muy bien que la segunda vez que hablé con
él, yo era analista de Riesgos y fue para sustentar una operación de un
cliente que solicitaba dinero para viajar a Asia y Europa, no sé por qué le
comenté que, quién como el cliente, que podía viajar, en cambio a mi, me habían
negado la visa Schengen. Vicente con toda naturalidad me dijo "pero
por qué no me avisaste, yo te hubiese ayudado". Dos semanas después mi
amiga de colegio y yo estábamos vacacionando en Europa, porque
tu papi habló con el Cónsul y nos dieron la visa a las dos. Recuerdo
haber brindado en el avión por Vicente. El hecho de que Vicente me ayudara sin
casi conocerme, significó mucho para mi.
Era muy generoso, recuerdo haber estado en su
oficina viendo una operación, yo no tenía ni un mes en el puesto y estaba muy
nerviosa sustentando con el GERENTE DE RIESGOS. Cuando terminé,
tu papi me preguntó si me gustaba la ópera. Yo le dije que sí, que
nunca había ido que solo la había visto en la tele, me dio dos entradas y
me dijo, toma, yo no voy a poder ir. En ese momento se me cayó el chocolate que
había cogido del recipiente que tenía tu papá en el escritorio y se fue rodando
debajo de su escritorio. Tu papá soltó una carcajada y
yo completamente colorada.
Siempre me ha gustado cantar, pero canto muy mal,
no tengo ni voz ni afinación, pero siempre lo he hecho, especialmente cuando
trabajo. Varias veces tu papi me escuchó cuando según yo no había
nadie, y siempre se reía. Una compañera le dijo que no era posible que
yo cante mientras trabajaba, que cantaba horrible, pero Vicente me
dijo delante de ella, no le hagas caso, está envidiosa, tú sigue
cantando (así como un padre habla con su hijo pequeño).
Recuerdo que una temporada estuvieron
haciendo remodelaciones por donde estábamos, y aparecieron insectos,
no había aire acondicionado, era horrible. Le dije a Vicente si podíamos
pedir ventiladores porque era muy incómodo trabajar así y me dijo que
fuera a trabajar a su oficina que allí sí había aire acondicionado. Obvio que
lo tomé como broma, pero al día siguiente me dijo delante de mi jefa que por
qué no había ido. Yo le dije que yo trabajaba con música y él me dijo que él
también. Fue allí que me enteré que él escuchaba samba. Bueno, nunca fui porque
mi jefa y Alonso dijeron que el resto de mis compañeros no lo iban a ver
bien.
En una oportunidad que fuimos a almorzar por su
cumpleaños, fue increíble la cantidad de personas que fueron, casi toda el área
de Riesgos, es que todo el mundo lo quería. Recuerdo que había terminado el
almuerzo y estábamos caminando hacia el estacionamiento y alguien dice que
faltaba un pisquito. Tu papá dijo "bueno, entonces vamos" y acto
seguido dio media vuelta y todo el grupo que estábamos con él regresamos,
seríamos solo unas doce personas. Cuando regresamos al banco, estábamos
asustadas (las analistas) porque nuestros jefes habían regresado a tiempo y
eran como las 4:30pm. Vicente fue a dejarnos una a una a nuestros lugares y
hablaba con nuestros jefes diciendo que por si acaso habíamos estado con él.
Obvio que nuestros jefes no nos dijeron nada.
Unos días antes de partir, subí a su oficina
llevándole un recuerdo de agradecimiento (una pareja
de vicuñas de madera con adornos de plata), y él me dijo algo que
nunca me voy a olvidar, me dijo que siguiera siendo "sencilla,
auténtica y espontánea" y te juro que trato de seguir siéndolo. Días
después, cuando Vicente pasó por nuestros lugares a despedirse, yo no
quería que se despidiera de mi porque estaba segura que iba a llorar, pero no
fue así, le dije que le vaya bien y estaba tan nerviosa que le dije "pórtate bien"
y él me dijo "tú pórtate mal, que es más divertido". De la nada,
le di la bendición, haciéndole la señal de la cruz en el rostro (como lo hace
mi mamá cuando salimos de casa). Tu papá se sorprendió, pero la más
sorprendida era yo.
Dos meses antes de que se fuera al cielo, me
escribió un correo diciéndome que estaba muy contento con mi desempeño (él me
ascendió a jefa de riesgos) y que trabajara por mi equipo, que eso es lo que
más satisfacciones me iba a dar.
Espero haber colaborado un poquito con lo que
piensas hacer, hay tantas cosas que tengo para contarte pero creo que ya no me
da el tiempo.
Te envío una foto que tengo en mi escritorio, persona que se acerca y lo
conoció, siempre tienen comentarios lindos sobre él. Los nuevos que no lo
conocieron piensan que es mi papá. Cuando les digo que era un antiguo Gerente
de Riesgos me miran extraño y les comento lo importante que fue él al cambiar
nuestras vidas.
Un gusto, Paloma.
Nelly Ramírez Camacho
Estimada Paloma,
Recibí el correo de parte de Ericka con respecto a
tu papi y de verdad hasta ahora lo recordamos con mucho cariño.
En mi caso, Vicente me dijo que debía de mantener
mi alegría y entusiasmo en el trabajo. Él me cambió de unidad (en ese tiempo
era analista) y fue precisamente para que pudiera mejorar del ambiente laboral
allí, que era muy tenso, serio y sobrio. No sabía cómo, pero estaba enterado de
todo. Inclusive me dijo, "Antes tu escuchabas tu radio, y ahora por qué
no?"
Yo estudié una maestría en Zaragoza en el 2007-2008
por una beca que gané en la Cámara de Comercio de España. La verdad es que si
no hubiera sido por él, no hubiera podido tomar la beca de estudios y tener mi
licencia en el trabajo por un año. Me enteré por Ericka que él sustentó ante
recursos humanos que yo era una buena trabajadora y que no cabía duda que iba a
retornar al Perú. Él mencionó que conocía a mis padres (en una visita que
hicimos en conjunto con otro Gerente a Arequipa para conocer a clientes de la Banca
de Empresa, Vicente amablemente me dejó en mi domicilio y cuando mi papá abrió
la puerta lo saludó muy cordialmente) y fue por eso que aceptaron darme la
licencia sin goce de haber y otorgarme un préstamo para mi estadía en España
(sin fianza solidaria de nadie, lo cual es indispensable pero Vicente lo hizo
posible), el cual estoy a punto de cancelar en Octubre de este año.
La verdad que todo ello habla muy bien de su calidad como persona y gran Jefe
que fue. Estoy inmensamente agradecida con tu padre.
La próxima vez que vaya a España, de todas maneras
me daré un espacio para poder ir a visitar a tu papi y agradecerle todas las
cosas que hizo por mi. Discúlpame si me extendí demasiado en mi correo, pero me
vinieron una serie de recuerdos muy gratos de tu padre.
Un abrazo,
Jenny.
Jenny Henríquez Villegas
¡Hola Paloma!
Mi nombre es Giannina Mendoza. Tuve el honor de
conocer a Vicente cuando trabajé en Riesgos, en Perú, en la Unidad de
Recuperaciones y en la Unidad de Seguimiento del Riesgo. Actualmente soy
Gerente de Oficina, a pesar de que nunca lo imaginé por la profesión que tengo.
Soy abogada y recuerdo que tu papá me quitó de la cabeza esas ideas
erradas de que un abogado no podría trabajar en la parte comercial.
Debo decirte que, aunque quizá ya lo sepas, tu papá
es un hombre muy querido aquí en Perú porque dejó huella en todos nosotros. Créeme
que hasta la fecha no he conocido un jefe y ser humano tan extraordinario como
él. Siempre lo recordamos...
Vicente una vez me dijo: "Sé siempre tú
misma".
Vicente me enseñó que uno se puede equivocar, pero
no por eso debemos dejar de "hacer"... y que si retrocedemos un paso,
es sólo para tomar el impulso necesario.
Te agradezco desde ya esta oportunidad,
Un fuerte abrazo!
Giannina
Giannina Mendoza Quiroga
Hola Paloma,
Hoy recibí el correo de Erika. Tu papi fue una excelente persona y profesional,
el mejor jefe que he tenido hasta la fecha. No sólo se preocupaba por el profesional
sino por la persona, y siempre nos motivaba a seguir mejorando. Siempre lo
recuerdo. En Perú tiene muchos y buenos amigos.
Vicente un día me dijo: "Fanny... pues créetelo,
eres buena". Eso me dio mucha más confianza y le agradezco la oportunidad
que me brindó.
Espero conocerte algún día. Que tengas una buena
semana y que el escrito sea todo un éxito.
Un abrazo,
Fanny
Fanny
Abregu Zavala
Querida
Ericka,
Mil gracias
por compartir conmigo. Estoy muy emocionada y como un flashback vino a mi mente
Vicente, con su mirada de confianza cuando temblorosa me presentaba a un
comité. Qué nostalgia.
Dame unas
horas para redactar un mensaje y ya lo estoy enviando.
Un abrazote,
Chio
---
Hola Paloma,
No tengo la suerte de conocerte personalmente pero
sí conocí a tu papá, que fue mi jefe cuando trabajaba en el BBVA Banco
Continental. Fue una persona extraordinaria a quien tengo en mis oraciones.
Gracias a nuestra común amiga Ericka, que me da la oportunidad de escribir este
mensaje.
Tengo la firme creencia que en nuestro paso por
esta vida nos encontramos, no por casualidad, con gente que con sus actos
y palabras nos marcan positivamente, haciéndonos mejores personas. Una de ellas
fue Vicente, a quien recuerdo con mucho afecto y admiración.
Han pasado casi seis años desde que te fuiste y me
quedé con esa angustia en el corazón de no haber tenido la oportunidad de
agradecerte las veces que me recibiste en tu oficina cuando me sentía
abrumada con un caso de crédito que, después de leerlo muchas veces, no
encontraba una resolución. Y tú siempre con una sonrisa y mucha calma te dabas
el trabajo de revisarla y darme una luz para tomar una decisión. Ahora mismo
recuerdo la música brasilera que ponías de fondo y los chocolates a los que nos
invitabas. Creo que los tenías más por nosotros, tus jóvenes analistas que por
ti, para calmarnos cuando teníamos en nuestras manos importantes operaciones
que podían definir el rumbo de un negocio.
Pero lo que más agradezco y tengo en mi memoria fue
cuando, un día, después de un tiempo de haber dejado de trabajar -pues al
casarme decidí dedicarme al 100% a mi familia- nos encontramos en los pasillos
del banco y te diste el tiempo, a pesar que tenias tantas reuniones, de
conversar conmigo y darme muchos consejos que hasta ahora sigo.
Eras grande, Vicente, un jefe único que logró que
sus colaboradores no sólo te respeten sino que te quieran. Y ahora, después de
tu partida física aún estás presente en nuestros actos y corazones.
Cómo es la vida de maravillosa que me da la
oportunidad de hacerte saber lo agradecida que siempre estaré contigo por medio
de tu hija y familia. Estoy segura que donde estás, tienes una gran sonrisa y
mucha calma.
Gracias, muchas gracias, por cruzarte en mi vida.
Rocío
Querida Paloma:
Ya pasaron seis años de nuestro querido amigo Vicente. Siempre lo he dicho:
para mi, el mejor jefe y, sobre todo, un estupendo ser humano.
En cuanto a una frase es difícil escoger una, pero las que más uso de él:
1. No seamos esclavos de nuestras propias decisiones
2. No demos a todos café con leche
Un abrazo y saludo a tu mami,
Pilar
Cárdenas Díaz
Gracias a Vicente comprobé:
Que entre buenos profesionales el trabajo siempre se va a llevar a cabo de una
manera adecuada. Que cada tarea es una oportunidad para entrar en contacto con
otras personas, y hay que poner lo mejor de nosotros a su disposición y
promover lo mejor de ellas. Que en veinte años no recordaremos formulas, ni papers, sino la satisfacción de
colaborar, trabajar en equipo y el nombre y rostro de los que estuvieron al
lado cuando eso sucedía.
Un homenaje para Vicente.
¡Gracias por la oportunidad!
Luis Cachay
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Gracias por
incluirme. Siempre me refiero a Vicente en mis sesiones de coaching con mis
colaboradores. Con gusto remitiré a Paloma algunas enseñanzas de Vicente que
marcan mis acciones!
Luis
Querida Paloma:
Aunque no tuve el gusto de conocerte, todos los que
conocimos a Vicente te extendemos a ti y a tu mami ese cariño que le
tuvimos a Vicente en vida y a su memoria luego de su partida.
Personalmente puedo decirte que Vicente marcó
mi vida y la de muchos en el Banco. Él me ascendió y estuve en cada cambio que
organizó cada año. Tuve tantos cambios esos años que les perdí un poco el
miedo.
Yo lo llamé en su último cumpleaños, gracias a Dios
no me dijeron que estaba tan mal, así fui natural, sabía que estaba internado
pero no tan grave. Hablamos unos minutos, él fue tan cálido como siempre y por
primera vez después de todo el tiempo que trabajamos juntos pude decirle
"Vicente". Yo le decía Sr. Serrano, aunque él siempre me pidió
que le dijera Vicente. Nunca pude hacerlo hasta ese día.
Tu papi siempre me animó a aceptarme como
soy. Como anécdota te cuento que en una ocasión, por razones de trabajo, se me
escaparon algunas lágrimas delante de él y yo me moría de vergüenza y cólera
por no controlar mis emociones. Sus palabras fueron, "¿Por qué eres tan dura contigo? Debes
aceptarte como eres, eres una persona que llora".
En la época que Vicente fue Gerente, y por los
cambios que antes comenté, trabajé más horas que nunca en el Banco. Recuerdo
que alguna vez pasó por mi sitio y se lo comenté. Me dijo que siempre iba a
haber trabajo y que uno debía decidir cuándo hacer el corte. Yo no lo entendí
hasta después de haber pasado esa época; Es cierto, cada uno debe organizar su
tiempo y decir hasta acá avanzo, mañana termino lo otro, y lo que venga. Uno
siempre tiene la potestad de decidir.
Otra cosa que aprendí de tu papi fue que
hay que tener fe en lo que uno desea lograr. "Di que sí se puede, que se
va a lograr". Todas las veces que me hizo decirlo las cosas se
cumplieron.
Y lo último por lo que siempre le estaré agradecida
es que me enseñó a "tomar el toro por las astas". No sé si tienen ese
dicho en España, pero se refiere a afrontar las cosas y no perder el tiempo
quedándote en el pasado, sea agradable o desagradable. El día que tu papi falleció,
luego que nos dieron la noticia, hice una llamada que me ayudó a voltear una
página de mi vida personal; fue lo mejor que hice y lo hice por inspiración de
tu papi. Nunca le conté ese problema, pero estoy segura que si se lo
hubiera contado, me hubiera aconsejado que tomara el toro por las astas.
Perdona si he escrito demasiado, pero quería
transmitirte aunque sea un poquito de lo que tu papi ha significado
en mi vida. Yo sé que no puedes poner todo lo que te he escrito pero quería que
lo supieras. Vicente ha sido una persona que ha impactado en la vida de muchas
personas y que por eso permanece vivo entre los que lo conocimos y quisimos.
Yo siempre me despido en mis correos con "Un
abrazo" y cada vez que lo hago me acuerdo de Vicente, que se despedía así
en sus correos.
Finalmente, si tengo que escoger te pido que pongas
lo siguiente:
"Vicente me enseñó a tomar al toro por las
astas y a voltear la página, eso ha aportado en mi vida personal y en mi
trabajo".
Un fuerte abrazo Paloma, y cuenta conmigo por lo
que se te ofrezca. Tienes en mi a una amiga, aunque no nos conozcamos, le debo
mucho a tu papi.
Rossana
Hola Paloma:
A pesar que ya hace varios años tu papito se fue al
cielo, no dejo de recordarlo, porque personas como él son contadas con los
dedos de la mano: su calidad moral, su amistad, etc.
Vicente nos enseñó a conocernos a todos los
integrantes del Área por nuestros nombres y puesto de trabajo. Particularmente,
me enseñó que hay que aprender a sobrellevar las cosas cuando la vida te pone
obstáculos.
Saludos
Marliz -
Elizabeth Valdivia Arias
Estimada Sra. María Jesús:
Le escribo unas líneas,
deseando se encuentre usted bien en compañía de Paloma.
Ericka nos envió un correo
por encargo de Paloma, pidiendo mencionar una líneas en memoria al Sr. Serrano
ya que se acerca su Aniversario y yo quiero colaborar con unas líneas y
mencionar algo que aprendí con él, y sobre todo lo vi muy de cerca.
Con el Sr. Serrano aprendí la diferencia entre jefe y líder... Y él era un
“líder carismático” que con su magnetismo personal, tenía una facilidad innata
de hacerse querer, fomentando el ánimo, el optimismo y la autoestima de todos
felicitándolos constantemente.
Por favor, hágale llegar
estas líneas a Paloma.
Muchas gracias,
Cariños,
Mila Núñez
Mauricio,
gracias. Creo que resumes muy bien las líneas de actuación y la actitud de mi padre
en la vida y que trasladaba a cualquier ambiente, en este caso el trabajo. Mi
papá quería y creía mucho en las personas, y por eso las personas creían en él
y le querían. Cada vez que me siente en las mecedoras de mimbre de nuestra
terraza recordaré tu cariño. Un abrazo.
Hilda, genial.
Es cierto que tenemos derecho a equivocarnos. ¿Sabes? De pequeña, cuando algo
malo pasaba mis amigos se morían de miedo de que sus papás se enteraran. Yo
nunca he tenido ese problema. En casa siempre he sentido que podía decir “se
rompió el jarrón mientras jugaba en el salón”, “se me ha perdido la medallita
de oro” o “he suspendido el examen”. Porque
mis padres, sin recriminarme los errores, me han hecho ver cuándo los he
cometido, han sabido y me han enseñado a diferenciar entre lo realmente
importante:
Era más importante que jugara a que se hubiese roto
el jarrón, aunque la próxima vez debía tener más cuidado; Era más importante
que sintiese el disgusto de haber perdido la medallita de mi abuelo, que el simple
hecho de haberla perdido; Era más importante no desanimarme tras suspender el
examen pues “al que hace todo lo que puede no se le puede pedir más”. Y por
supuesto, mientras estudiaba para el siguiente escuchaba el famoso: “A lo que
más te cueste, dedícale más tiempo”.
¿Cómo está tu hija? A mi mamá y a mi nos encantaría
conocerlas. Un abrazo.
Nelly,
ahora mismo estoy mirando esas lindas vicuñas de madera y plata. Están en la
vitrina del salón de nuestra casa en Madrid. Y el señor de Sipán que sujeta mi
padre en la foto de tu escritorio, ¿sabes dónde está? En su despacho, en
nuestra casa de Bienservida. Me ha encantado conocerte a través de tus
historias, muchísimas gracias.
Jenny, yo
tampoco lo sé, pero es verdad, siempre estaba enterado de todo. ¡Nunca le podía
engañar! No se le escapaba ni una… mi abuela, recordando una anécdota familiar,
le decía “Lo que a ti se te caiba, que lo recoja un atre”. Espero que sigas con
alegría y entusiasmo. La próxima vez que vengas a España, por favor ponte en
contacto conmigo. Me encantaría llevarte a Bienservida y conocerte a
ti.
Giannina,
estoy tomando el impulso necesario… para agradecerte tus palabras. Gracias por
querer tanto a mi papá. Como buen gerente de riesgos, decía que siempre había
riesgos… pero había que elegir qué riesgos estábamos dispuestos a asumir. Seguro
que estaría muy orgulloso de que, siendo tú misma, te atrevieses a hacer las
cosas diferentes y a hacer aquello que tú querías. Te deseo mucho éxito.
Fanny, yo
también lo creo. Debemos confiar en nosotros mismos, como él confiaba. “Profesional”
y “persona” van juntos, no creo que uno pueda ser un buen profesional si no es
buena persona. No sólo se trata de sacar adelante un trabajo, sino un proyecto,
un equipo… También yo espero conocerte algún día. Un abrazo.
Rocío, sé
a qué mirada de confianza te refieres, creo que esa mirada ha salvado vidas,
jeje. Yo cuando estoy nerviosa o necesito fuerzas para hacer alguna cosa imagino
un bigote creciendo debajo de mi nariz… Gracias por recrear escenas que puedo
vivir contigo y con él ahora, mientras las leo. Con una sonrisa y mucha calma,
te mando un fuerte abrazo.
Pilar, gracias…
sí que era estupendo. Cada vez que me equivoco su recuerdo me libera de cualquier
decisión mal tomada. Un abrazo de mi parte y de parte de mi mamá.
Luis, y
qué bien que recuerdas el nombre, el rostro y las palabras de mi papá y de tus
demás compañeros. Ciertamente frente a las oportunidades y las personas hay que
dar lo mejor de uno mismo. Gracias a ti, Luis. Un abrazo.
Rossana,
como ves, he puesto todo lo que has escrito porque me parece importante que
todos lean tu mensaje. Yo, en cambio, no soy una persona que llora... pero me
has emocionado :) Tú también cuenta conmigo. UN ABRAZO.
Marliz, pues
como imaginarás he tenido que aprender a sobrellevar un gran obstáculo que me
ha puesto la vida… pero me he rodeado de buenas personas que son las que nos
llevan “adelante”. Muchas gracias por tu recuerdo.
Mila,
gracias por acordarte de mi papá éste y todos los años, por mantener el
contacto con nosotras, y gracias por tus palabras. Has dado en el clavo. Mi
mamá y yo te tenemos mucho cariño. Ojalá un día puedas venir a visitarnos a
España.
UN ABRAZO A TODOS.
Si alguien más quiere dejar algún comentario, a
mamá y a mi nos encantará leeros.
*Gracias, muchas gracias, a Ericka. Nos veremos en
unos días y brindaremos como brindó Nelly en aquél avión de camino a Europa, y con
un pisquito, como aquél que casi les falta en la celebración. Habrá que ir a
por él.